Acerca del Instituto de
Artes Gráficas de Oaxaca
El Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO) fue el primer espacio cultural que fundó el pintor Francisco Toledo en la ciudad de Oaxaca en noviembre de 1988. El IAGO es una institución que aloja una de las colecciones de artes gráficas más importantes de Latinoamérica. Es un centro cultural con dos sedes, una biblioteca especializada en arte con más de 50 mil libros, un taller de producción editorial, una fonoteca, un archivo de material audiovisual y espacios de exposición en las dos sedes. El IAGO alberga una de las colecciones de artes gráficas más importantes de México y Latinoamérica. Entre las que destacan las bibliotecas particulares de Rufino Tamayo (quien inspiró este lugar), de Sergio Hernández y el poeta Víctor García. Para el IAGO la libertad es importante, es de las pocas bibliotecas de estantería libre, donde el usuario puede recorrer los libreros y tomar lo que considere adecuado para su consulta. La entrada a las exposiciones no tienen ningún costo y gracias a ello los visitantes han tenido la posibilidad de conocer obra gráfica de artistas como: Erasto Cortés, Piranesi, Jan Hendrix, Leopoldo Méndez, Marc Chagall, Pierre Alechinsky, Rufino Tamayo, Fernando Aceves Humana, Picasso, Giorgio de Chirico, Goya y Posada, entre otros. Entre ambos recintos se pueden consultar más de 50 mil libros que abarcan temas como: gráfica, arquitectura, fotografía, pintura, dibujo, historia, escultura, teoría del arte y literatura. Actualmente la institución trabaja en conjunto con el Instituto Nacional de Bellas Artes y la asociación civil “Amigos del IAGO y del CFMAB”.
IAGO Alcalá
La primera sede que aloja al Instituto es una construcción que data del siglo XVIII, ubicada en la calle Macedonio Alcalá 507, casi frente al Templo de Santo Domingo. En esta sede puedes encontrar libros con temas como gráfica, arquitectura, fotografía, pintura, dibujo, escultura y teoría del arte. También pueden visitar las tres salas de exhibición, nuestros dos patios y el Taller “El Alacrán”.
IAGO Juárez
La segunda sede inaugurada en 2010, se ubica en Avenida Juárez 203, en ella puedes encontrar libros con temas como poesía, narrativa, ensayo, filosofía, psicología y música. También puedes visitar la Fonoteca Eduardo Mata o el pasillo que aloja exposiciones.
Francisco Toledo
Francisco Benjamín López Toledo (Juchitán, Oaxaca, 1940). Desde muy joven encontró su vocación en el dibujo y la pintura. Asistió a la Escuela de Bellas Artes de Oaxaca y al taller de grabado de Arturo García Bustos. A los 17 años se inscribió al Taller Libre de Grabado de la Escuela de Diseño y Artesanías en la Ciudad de México.
Fue Antonio Souza quien bautizó al artista como Francisco Toledo, al mismo tiempo que propició sus primeras exposiciones individuales en la Galería Antonio Souza y en el Forth Worth Center, en Texas.
En 1960 Toledo se estableció en París, donde conoció a diversos creadores e intelectuales de la época, como Octavio Paz y Rufino Tamayo, además de consolidar su formación artística. Colaboró en el taller de Stanley Hayter en ese entonces. Con poco más de 20 años, Toledo era ya un autor cuya obra llamó pronto la atención europea; prueba de ello son las diversas exposiciones de su trabajo en la Kunstnernes Hus, en Oslo, Noruega (1962)(junto a Rodolfo Nieto), en la Galería Karl Flinker, en París (1963), y en la Galería Dieter Brusberg, en Hannover, Alemania (1964). A estas exposiciones siguieron otras en Inglaterra, Nueva York y Suiza.
A su regresó a México, Toledo pasó varias temporadas en su tierra natal, en la región del Istmo de Tehuantepec, que intentó conocer a profundidad a través del estudio de las costumbres, la lengua y el arte del lugar; estos viajes proporcionarán al autor un interés por diversas técnicas artesanales, mismas que incidirán en su trabajo posterior.
Sus preocupaciones sociales le llevaron a colaborar en la fundación de la Casa de la Cultura de Juchitán (1972). Por esas fechas empezó a reunir la obra que constituye la colección Toledo/INBA, una de las más completas en América Latina en cuanto a la importancia de los nombres y obras que la conforman tanto en gráfica, pintura y fotografía.
A partir de la fundación de la Casa de la Cultura de Juchitán, Toledo se convertiría en un promotor de la cultura, fomentando el desarrollo y la fundación de diversos espacios, así como la creación de proyectos editoriales que difundirían no sólo la literatura universal sino el idioma zapoteco: Ediciones Toledo, Editorial Cálamus y la revista Guchachi’ Reza (Iguana rajada).
En 1988 Francisco Toledo fundó en su propia casa el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO), un espacio constituido por una biblioteca especializada en arte y una sala de exposiciones; su acervo de libros actualmente es de casi 60 mil volúmenes repartidos en dos sedes.
En 1992, a iniciativa del artista oaxaqueño, se fundó el Museo de Arte Contemporáneo de Oaxaca (MACO). Un años después creó la asociación civil PRO—OAX, cuyo fin es la defensa del patrimonio cultural e histórico de la Ciudad de Oaxaca y que ha colaborado en la conformación de espacios como el Jardín Etnobotánico (1993) y la Biblioteca fray Francisco de Burgoa (1994), además de sumarse a causas como la defensa de las lenguas indígenas o la lucha contra los transgénicos. Asimismo, a iniciativa del artista, se fundaron el Cineclub El Pochote (1992), el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo (1996), la Fonoteca Eduardo Mata (1996), el Taller Arte Papel Oaxaca (1998) y el Centro de las Artes de San Agustín (2006).
Francisco Toledo ha tenido diversas exposiciones retrospectivas, por ejemplo, en el Museo de Arte Moderno, en la Ciudad de México (1980), en la White Chapel Gallery, en Londres y en el Museo Reina Sofía, en Madrid (2000), además de haber presentado su trabajo en la Tate Gallery de Londres y en Latin American Masters, en Los Ángeles, entre otros espacios internacionales.
Entre los reconocimientos obtenidos por Toledo en las últimas décadas están, el Premio Nacional de Ciencias y Artes (1998) o el doctorado honoris causa por la UABJO (2007); el premio Príncipe Klaus (2000) o el premio Right Livelihood Honorario (2005), en Suecia, »por su compromiso y su arte en favor de la protección, el desarrollo y la renovación de la herencia arquitectónica y cultural, el medio ambiente y la vida comunitaria de su Oaxaca nativa».
Por sus temas y preocupaciones, su obra es heredera de una muy amplia historia del arte mexicano y puede rastrearse a partir del periodo precolombino. Escribió André Pieyre de Mandiargues en torno a Toledo: “No conozco a ningún otro artista moderno tan imbuido de manera natural por una concepción sagrada del universo y por un sentido sacro de la vida, que se haya acercado al mito y a la magia con tanta seriedad y sencillez y que esté inspirado con tanta pureza por el ritual y la fábula”. La vida y obra del oaxaqueño destaca como pocas tanto en México como a nivel internacional, pues permanece fuertemente comprometida con los problemas de nuestro tiempo sin alejarse de sus obsesiones personales.